En General Rodríguez, localidad ubicada en el Oeste del conurbano bonaerense, a 59 Km de la Capital Federal, se encuentra una de las granjas de cultivos flotantes más importantes del país.
Por Fernando Aguirre, director de la revista CAS & FASA.
Fuimos hasta las instalaciones de Vequa con Marcos Pérès, uno de los artífices de la futura Cámara de Productos Saludables, (en plena formación). Allí nos recibió uno de los socios del emprendimiento, Donald MacGillivray, fundador de la empresa junto a su socio Gustavo Marcos, ambos son agrónomos.
Los orígenes de Vequa se remontan a 2018, cuando los socios importaron la técnica de la hidroponía, revolucionando el mercado local.
Los emprendedores comenzaron las tareas en un predio de cinco hectáreas en General Rodríguez, instalando piletones, cámaras de frío y un gigantesco invernadero, con un objetivo claro: mejorar la calidad de la verdura disponible en los principales mercados de la Argentina.
Vequa es uno de los emprendimientos hidropónicos más ambiciosos de la Argentina, “decidimos iniciar este proyecto a partir de nuestra experiencia en huertas en las que participamos como socios en Santa Fe -nos dijo MacGillivray-, la distancia con Buenos Aires es una gran dificultad para poder llegar con lechugas y otras hojas verdes con el mejor nivel de calidad”.
Además de una importante reducción del costo logístico, se reducen las contingencias climáticas a las que está expuesta la producción convencional y la dificultad creciente para conseguir mano de obra son inconvenientes de los cultivos en tierra.
«Vequa nació con el objetivo de acercar cultivos sustentables a los grandes centros de consumo, donde el cliente final nos pueda encontrar. Por eso nos instalamos en Buenos Aires, acercando el campo a la ciudad, con un producto diferencial todos los días», describió Donald MacGillivray, presidente del emprendimiento.
Otra cuestión, de primordial importancia es la sustentabilidad, al respecto MacGillivray describió: «la producción en agua garantiza un ambiente sustentable y ecoamigable en términos de salubridad, limpieza, higiene, durabilidad y sabor, resultando en un producto de alta calidad a un precio accesible».
«La producción sustentable -agregó- es una industria en pleno desarrollo en línea con las demandas de la sociedad y el cuidado del medio ambiente».
Acompañados por MacGillivray recorrimos el invernadero de 15.000 m2 cubiertos, que produce unas 140.000 plantas por mes en 20 piletas de 24 centímetros de profundidad, de unos 560 metros cuadrados, separadas por pequeños pasillos, en las que crecen diversas verduras de hoja, flotando en bandejas diseñadas especialmente para cada cultivo.
Las plantas se colocan sobre plataformas flotantes con agujeros cuyas perforaciones varían según el tipo cultivo que se realiza. De ese modo, las raíces de cada planta quedan sumergidas en el agua, que se enriquece con los nutrientes exactos que necesitan para crecer.
El inicio del proceso es igual al tradicional, a partir de pequeños plantines que al adquirir un tamaño adecuado son trasplantados a las piletas.
Las placas van avanzando en las enormes piletas al ritmo a medida que van creciendo las plantas. El circuito comienza en el fondo y se van acercando hacia el frente del invernadero, por donde pasa el canal, mientras van acercándose a su tamaño comercial.
Al final del circuito, la “cosecha” es muy sencilla: los paneles se acercan con una cuerda o con largos palos hasta el operario que los acerca a la sala de empaque.
El proceso sigue con una rápida selección y luego las plantas que se envasan (rúcula, por ejemplo) se colocan rápidamente en bolsas.
Un proceso de avanzada
La hidroponía -una técnica de cultivo que no requiere de suelos- va creciendo en la Argentina en especial de la mano de pequeños productores la mayoría de los cuales viene de otros sectores y la adoptaron como emprendimiento.
La hidroponía es una técnica agrícola que reemplaza la tierra por el agua. En ésta se incluyen nutrientes y minerales en una solución que dan las condiciones necesarias para un buen desarrollo de los cultivos. El agua hidrata y alimenta a la planta al igual que el riego. La diferencia está en la solución, que tiene todo lo que está en la tierra. Con la hidroponía se reduce el uso de agua, pesticidas y energía.
“La técnica de la hidroponía permite producir bajo condiciones controladas, logrando un producto más sano, limpio, trazable, uniforme, de mejor calidad y con bajo impacto ambiental”, describió MacGillivray.
La comercialización
La aceptación por parte del público de estos cultivos impulsó fuerte desarrollo: «Vequa ha crecido de forma sostenida desde su lanzamiento. Hoy llega a entregar más de 30 mil unidades por semana y cuenta con más de 20 personas en su equipo de trabajo”, dijo el presidente de Vequa.
Actualmente, estos cultivos se consiguen en la Ciudad de Buenos Aires y también en el conurbano bonaerense. «Las hortalizas llegan a la góndola de forma fresca con un código de identificación e información nutricional», agrega el empresario.
Al ser un cultivo controlado, los precios no tienen estacionalidad, como con otras verduras, como la producción es controlada, uno de los valores agregados de Vequa es que es un proveedor muy predecible.
El objetivo de la firma para este año es lograr una mayor inversión para incrementar la producción e incorporar otras variedades de cultivos y presentaciones de los mismos que continúen alentando una alimentación saludable y de calidad.
Vequa produce cuatro variedades de lechuga: mantecosa, francesa, morada y criolla. A estas se le suman la espinaca y la rúcula. En el futuro, la firma prevé incorporar otros cultivos como tomates, frutillas y pimientos.
La conclusión de la interesante visita que realizamos es que Vequa se posiciona como una propuesta innovadora para mejorar la calidad de alimentos de los argentinos, y también para bajar costos e impactos ambientales. Le auguramos un promisorio futuro.