La empresa mendocina Olivícola Laur, se convirtió la primera compañía del sector fuera de Europa en lograr el número uno global de acuerdo con EVVO, el ranking mundial de aceites de oliva extra virgen.
Extra Virgin Olive Oil (EVOO) World Ranking 2021 es un ranking que se elabora de acuerdo con los premios obtenidos por los aceites de oliva virgen extra premiados en los 30 concursos internacionales llevados a cabo en 2021.
El logro obtenido por Laur es un hito no solo para la olivícola y la provincia de Mendoza, sino para América Latina, ya que es la primera vez que una olivícola fuera de Europa llega a ocupar el lugar número 1 del EVOO World Ranking, informaron desde la aceitera.
«La noticia nos llenó de emoción, orgullo y felicidad, pero también de asombro ya que veíamos como algo imposible llegar al número 1 del ranking, a pesar de que hemos venido trabajando muy fuerte en pos de la calidad y en consecuencia, tímidamente escalando en puestos», aseguró Gabriel Guardia, gerente general de Olivícola Laur.
«Este es, sin dudas, un trabajo en equipo del gran componente humano que tenemos en Laur y estamos todos muy felices de haber llevado la olivicultura argentina y la marca Mendoza a lo más alto del podio mundial», remarcó el enólogo especializado en aceite de oliva.
Este AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra) Ranking Mundial (EVOO World Ranking) es una clasificación sin fines de lucro, que fue creado para promocionar mundialmente los aceites de oliva virgen extra más premiados del mundo, con el objetivo de educar a los consumidores. Premia a los aceites de oliva virgen extra que han participado en el mundo en alguno de los concursos realizados durante el año que considera el EVOOWR.
Olivícola Laur, es la primera fábrica de aceite de oliva de la Argentina ya que fue fundada en 1889. Con sus olivos centenarios, en su casco antiguo, ubicado en Cruz de Piedra, Maipú, a media hora de la ciudad de Mendoza, se elaboran sus aceites desde hace más de 130 años y que hoy es en parte museo y cuenta con un ala moderna, donde se reciben visitantes y se hacen degustaciones.
“Antes había fábricas de aceite de oliva, pero funcionaban en forma de colonias: se ponía un molino harinero que se usaba para el aceite, el maíz, el trigo, y cada vecino traía su materia prima y se repartía en la colonia. Laur fue la primera fábrica que empezó a comercializar con una distribución nacional. En 1900, que fue la época dorada de los ferrocarriles argentinos, era muy fácil llegar a distintos puntos del país, así que desde allí despachaban aceite de oliva a todas partes”, explicó Gabriel Guardia.
Laur nació como el emprendimiento de una familia francesa, iniciado por Francois Laur, legado que continuaron luego su viuda y su hijo, hasta 1940.
Luego la empresa pasó por distintas manos, hasta que en 2010 lo compraron los actuales propietarios, la familia Millán, dueños también de la Acetaia Millán, que está dentro del mismo predio y es la primera y única bodega de aceto balsámico hecho al tradicional estilo de Módena, en Sudamérica.
Cuando la familia Millán, propietaria también de Atomo Supermercados, una de las cadenas más importantes del país, y de Bodega Los Toneles, José Millán, decidió que quería tener la mejor fábrica de aceite de la Argentina. Tenía una visión clara.
Actualmente la olivícola de la familia Millán produce casi un millón mil botellas de aceite de oliva al año incluyendo sus marcas Clásico Extra Virgen, Blend de Terroir Cruz de Piedra, Blend de Terroir Altos Limpios, Blend de Terroir Medrano, Gran Mendoza Premium, Contraviento y Gran Laur.
Gabriel Guardia es el enólogo de la olivícola desde 2012 y junto a su equipo logró llevar al aceite de oliva mendocino al podio internacional.
Trabajó allí de operario entre los 20 y 25 años, mucho antes de recibirse de enólogo. Se remonta a sus recuerdos de infancia, donde Laur, las aceitunas y el típico olor a aceite de la fábrica, dejaron huella.
Guardia describió como una olivícola argentina llegó a ubicarse como la número uno del mundo: “Hay una institución española formada por distintos especialistas del mundo, sin fines de lucro, y hay unos 30 concursos avalados por el ránking mundial, donde paneles de cata a ciegas evalúan los aceites». »
«Nosotros nos fuimos presentando y enviamos nuestro aceite de oliva a Jerusalén, Los Ángeles, Nueva York, Londres, China, Japón, Canadá, entre otros. En cada uno, fuimos sumando puntos, y a fin de año, el ranking mundial pide el reporte y suma los puntos. Cada año, se presentan alrededor de 750 fábricas del mundo, de allí se arma el ránking de las mejores 100. En 2019 salimos cuartos, en 2020, terceros, y en 2021, logramos el primer puesto mundial”, relató con orgullo.
“El aceite es una materia antioxidante. Al contrario del vino, nosotros no podemos mejorarlo. Desde el preciso momento en el que se arranca la aceituna de la planta, se empieza a deteriorar, por eso nuestro trabajo consiste en tratar de frenar esos procesos de oxidación que inexorablemente van a suceder”, explica Guardia.”Por eso cosechamos aceituna verde y una vez que sale de la planta, dentro de las 24 horas se hace aceite. Cuando hay aceitunas, no existen los horarios”.
La cosecha arranca entre mediados de abril, mayo y junio, y es el momento esperado todo el año. Especialmente ahora, que Mendoza se está quedando sin aceitunas porque muchas de las fincas históricas se venden para proyectos inmobiliarios que son más rentables que los agrícolas.
“Mendoza se quedó con su agricultura tradicional. Era el polo olivícola número uno pero con los años no se tecnificó y se volvió ineficiente; y las generaciones que heredaron fincas, empezaron a vender las tierras porque inmobiliariamente tienen un valor alto. Hoy estamos en un camino de hacer visible esto y se está comenzando a gestar un plan para recuperar la agricultura perdida. Es conservar todo lo que se pueda los olivos centenarios y recuperar la olivicultura. Para que esta industria sea pujante, hay que eficientizarla”, reflexionó el enólogo.
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