Propuestas básicas para comenzar a remediar la crisis

En mayo de 2019, el ingeniero Marcelo Schvarzstein publicó una nota en la revista CAS & FASA analizando la situación del país y proponiendo medidas, algunas de las cuales  el Gobierno esta implementando actualmente, como la devolución del IVA.

Estamos en el país de los desencuentros.

Parecería que necesitamos soportar enormes dolores, escarmentar permanentemente, para poder encontrar algún sitio común.

Lo último en común que experimentamos, desde lo político, fue el Nunca Más. De aquello solo quedó que no hay más un poder militar que aceche.

Pero desde otros aspectos tenemos no solo grietas, sino baches profundos para terminar con el flagelo de la pobreza, modernizar las instituciones, la educación, la infraestructura, la producción, la seguridad, la Justicia, el rol del Estado, etc., etc.

La economía, por supuesto, es una consecuencia de los desencuentros. Pero por algo tenemos que empezar.

El Estado en Argentina, en todos los niveles y jurisdicciones, no tiene ni una adecuada gestión ni adecuados controles. Las legislaturas discuten un presupuesto anual (“Ley de Leyes”), del cual deben surgir los recursos, gastos, inversiones y obras para cada provincia, municipio o barrio.

Sin embargo, solo se cuenta con informes contables escuetos, pero no sabemos con claridad qué grado de avance tienen las obras comprometidas para saber a ciencia cierta qué actividad desarrollaron los legisladores.

Surgen entonces las cuentas de ajustes o reasignación de partidas, que entiende solo quien las aplica.

El tema de fondo es que se entienda que Recaudar más y Gastar menos es la ecuación más elemental del ahorro y el equilibrio de las cuentas. Parece tan obvio, tan simple, pero sin embargo ese es uno de nuestros grandes problemas.

Desde hace un largo tiempo el Estado, con diferentes gobiernos, se olvida de algunos sectores y protege a otros.

El Estado creció, en estructura y recursos humanos por 3 en los últimos 15 años, pero los servicios que presta no avanzaron en esa proporción. Sólo se pensó en las rentas financieras y no en la producción.

El Estado es el Gran “socio bobo” para algunas cosas y muy sagaz para otras. Representa el 40 % de todo lo que consumimos. Con cada aumento de precios, aumenta la recaudación del Estado.

La política solo habla de fianzas macroeconómicas y los ciudadanos comunes hablamos de cómo mantener nuestros hogares.

La política habla de equilibrio fiscal cargando únicamente sobre los contribuyentes los esfuerzos y el peso de una asfixiante presión fiscal que el mismo Estado genera.

La inflación, que para la población es un mazazo a sus ingresos, para el Estado es una forma de mejorar sus ingresos.

Si un privado gasta más de lo que le ingresa, se endeuda o colapsa. Si el estado gasta de más……imprime billetes.

Las monedas fueron creadas como un instrumento para favorecer el intercambio de mercaderías, servicios, propiedades, etc.. Pero la “no política” en Argentina transformó el dinero en una mercancía más, pero de alto valor.

Cada vez somos menos los que sostenemos al Estado. No se combate la informalidad.

Es necesario transferir a los sectores populares la conciencia de la importancia de exigir factura. Se debería aprovechar la enorme bancarización existente para que todo aquel que exija su factura en sus compras y opere con tarjeta de débito reciba un porcentaje del IVA acreditado en su cuenta.

Tenemos además un país macrocefálico. Prácticamente el 50 % de la población habita en el 10 % del territorio. Ello hace inviable a gran parte del territorio nacional que se va vaciando.

Ante la falta de valor del peso, y la vocación bipolar entre dólar y peso, es necesario anclar el tipo de cambio para parar con la espiral devaluatoria permanente. Tenemos que convencernos que tenemos DOS MONEDAS.

Es necesario encontrar un mecanismo para vincularlas en forma inteligente y con reglas claras que no sean sólo aplacar el dólar con altas tasas que inmovilizan el crecimiento.

Lo que se está haciendo es demencial. Es como si un médico pretendiera bajar la fiebre generándole más temperatura al paciente.

En beneficio de la gente, de la gobernabilidad, de la convivencia pacífica es imprescindible que se tomen medidas URGENTES, YA. Medidas distintas a este aumento indefinido de la fiebre.

Me animo humildemente a sugerir algunas medidas básicas. Lo hago desde el sentido común, sin ningún tipo de especulaciones; lo hago porque siento burlada la inteligencia de quienes somos ciudadanos comunes que hacemos un gran esfuerzo:

Medida para frenar la carrera dólar peso – inflación

Propongo poner a la fluctuación del dólar como índice para la actualización de los salarios. Poniendo como índice UNO (1,00) a la equivalencia con el valor del dólar a $ 42,00 a partir del 1 de mayo de 2019.

Ello no significa dolarizar, sino llevar a la realidad una equivalencia que permita ver con mayor previsibilidad el futuro sin que se escapen los precios con relación al poder adquisitivo de los salarios. Así la disminución de la tasa de interés será una consecuencia lógica.

En ese contexto deben congelarse por seis meses la actualización de los servicios de energía, gas, combustibles, prepagas, peajes, telefonía, etc.

Luego de los 6 meses todo debería actualizarse con un índice en base a evolución del salario o de la inflación.

Medida para combatir la informalidad e incrementar la recaudación de impuestos con involucramiento de la sociedad

Esto no significa aumentar los impuestos, sino disminuir la evasión.

Para ello es necesario concientizar a la población sobre la importancia de “pedir la factura”.

Se debería aprovechar la enorme bancarización existente para que todo aquel asalariado que exija su factura reciba un porcentaje del 50 % IVA acreditado en su cuenta. Hasta un tope de 5.000 $ mensuales.

Ello haría que el propio consumidor concurra solo a los comercios formales que les entreguen factura.

Medida para generar inversiones distribuidas en todo el territorio nacional

Plan Volver al Pago. Radicaciones industriales, con exenciones impositivas y con promociones a 20 años.

Con créditos blandos garantizados por la Nación y las Provincias que adhieran al plan, a lo cual hay que agregar un eficiente contralor para evitar fraudes y maniobras que terminen desvirtuando esta herramienta, que Deben Estar Orientados a proyectos viables que signifiquen generación de valor agregado a las producciones regionales.

Medida excepcional para comenzar a bajar el gasto del Estado

Para no solo bajar el gasto del Estado en todas las jurisdicciones sino, además hacer equitativos los esfuerzos entre los funcionarios y los ciudadanos.

Por un periodo de 6 meses hacer una quita del 30 % a todos los salarios del Estado superiores a $ 100.000 mensuales, tanto sean activos o pasivos, de todas la jurisdicciones ya sean, nacionales, provinciales o municipales; de todos los poderes de los Estados.

Allí existe una masa de alrededor de 150.000 sueldos de esas características. Tomado un promedio de esos sueldos de $ 130.000, el cálculo daría la suma de 5.850 millones de pesos mensuales. El equivalente de 130 millones de dólares por mes durante 6 meses.

Esto debería ser un aporte patriótico que hace la clase política a este momento de crisis e incertidumbre.

Por: Ing. Marcelo Schvarzstein, titular de Súper Reconquista.